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Federación española de enfermedades raras

25N- Día Internacional de la Violencia contra la Mujer

25N- Día Internacional de la Violencia contra la Mujer

Fecha/Hora de publicación:

Autor: FEDER

Tipo de noticia: Tipo de noticiaSensibilización

Ámbito: Estatal

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, desde la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) subrayamos la especial vulnerabilidad que enfrentan las mujeres con enfermedades raras y/o discapacidad, una realidad todavía poco visibilizada y que requiere medidas específicas de prevención, detección y acompañamiento.

Los datos disponibles confirman esta situación: En España, el 40,4% de las mujeres con discapacidad ha sufrido algún tipo de violencia de género, una cifra significativamente superior a la de las mujeres sin discapacidad (Inserta Empleo, 2023).  

En el ámbito internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta igualmente de esto y advierte de que muchas veces quedan fuera de los registros oficiales, lo que dificulta dimensionar la problemática y diseñar respuestas adecuadas. La doctora Lynn Marie Sardin, experta de la OMS y del Programa Especial de Naciones Unidas para la Medición de la Violencia contra la Mujer, insiste en la infrarrepresentación de las mujeres con discapacidad en la investigación, lo que limita la comprensión real de cómo les afecta la violencia a y cómo acceden a los recursos disponibles.  

En el plano jurídico, la Convención de Belém do Pará, ratificada por España, establece el derecho de toda mujer a una vida libre de violencia y señala que la discapacidad puede aumentar la exposición al maltrato. La Convención vincula este derecho a la eliminación de la discriminación y de los estereotipos que perpetúan la subordinación de las mujeres.  

A nivel Europeo, el Parlamento Europeo, (Resolución 2018), alertó del mayor riesgo de violencia que enfrentan las mujeres con discapacidad y reclamó medidas específicas de protección. Más recientemente, en 2023, la Unión Europea formalizó su adhesión al Convenio de Estambul, reforzando la obligación de garantizar que todas las mujeres, incluidas aquellas con discapacidad o enfermedades crónicas, accedan a servicios de prevención, atención y protección sin discriminación.

Las barreras para denunciar se agravan en el contexto de la enfermedad rara o la discapacidad: el miedo, la sensación de no ser creídas, la falta de información, la dependencia económica, el miedo a perder a sus hijos, la presión del entorno o la pérdida de autonomía personal. A ello se añaden obstáculos de accesibilidad —arquitectónicos, comunicativos o cognitivos— que pueden impedir que accedan a servicios especializados. La situación se vuelve aún más compleja cuando la propia violencia contribuye al origen o agravamiento de una discapacidad, lo que incrementa la vulnerabilidad y prolonga la dificultad para pedir ayuda.  

El impacto emocional también es significativo. Tanto los datos de Inserta como otros estudios (Castellanos, 2020) recogen altos niveles de culpa, baja autoestima, ansiedad, miedo e impotencia. La violencia psicológica, una de las más frecuentes, es más difícil de identificar por no dejar señales visibles, lo que dificulta la toma de conciencia y la intervención institucional.  

Estas violencias se entrelazan con las desigualdades estructurales existentes. La intersección entre género y discapacidad actúa como un amplificador de la precariedad laboral, la dependencia económica y el aislamiento social (Pascual, 2015).

Ante esta realidad, en FEDER trabajamos para integrar la perspectiva de género en todos nuestros ámbitos de actuación y reforzar la detección temprana de posibles situaciones de violencia. Impulsamos acciones destinadas a visibilizar esta problemática, mejorar el acceso a información adecuada, la coordinación con recursos especializados y sensibilizar sobre las barreras adicionales que afrontan las mujeres de nuestro colectivo.

Nuestro objetivo es garantizar que ninguna mujer quede fuera de los sistemas de prevención, atención y protección. Sabemos que identificar lo que ocurre y pedir ayuda es un proceso que requiere tiempo, acompañamiento y accesibilidad real. Por ello, es fundamental que los recursos y las políticas públicas contemplen esta realidad y ofrezcan respuestas adaptadas, cercanas y seguras.  

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